RV60 – Lucas 4

Luc 4:1  Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto

Luc 4:2  por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.

Luc 4:3  Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan.

Luc 4:4  Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.

Luc 4:5  Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.

Luc 4:6  Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.

Luc 4:7  Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.

Luc 4:8  Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

Luc 4:9  Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo;

Luc 4:10  porque escrito está:
 A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden;

Luc 4:11  y,
 En las manos te sostendrán,
 Para que no tropieces con tu pie en piedra.

Luc 4:12  Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.

Luc 4:13  Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.

Luc 4:14  Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.

Luc 4:15  Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.

Luc 4:16  Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.

Luc 4:17  Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:

Luc 4:18  El Espíritu del Señor está sobre mí,
 Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
 Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
 A pregonar libertad a los cautivos,
 Y vista a los ciegos;
 A poner en libertad a los oprimidos;

Luc 4:19  A predicar el año agradable del Señor.

Luc 4:20  Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.

Luc 4:21  Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.

Luc 4:22  Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?

Luc 4:23  El les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.

Luc 4:24  Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra.

Luc 4:25  Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra;

Luc 4:26  pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón.

Luc 4:27  Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.

Luc 4:28  Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira;

Luc 4:29  y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle.

Luc 4:30  Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue.

Luc 4:31  Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo.

Luc 4:32  Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.

Luc 4:33  Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz,

Luc 4:34  diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios.

Luc 4:35  Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.

Luc 4:36  Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?

Luc 4:37  Y su fama se difundía por todos los lugares de los contornos.

Luc 4:38  Entonces Jesús se levantó y salió de la sinagoga, y entró en casa de Simón. La suegra de Simón tenía una gran fiebre; y le rogaron por ella.

Luc 4:39  E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al instante, les servía.

Luc 4:40  Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.

Luc 4:41  También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.

Luc 4:42  Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos.

Luc 4:43  Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.

Luc 4:44  Y predicaba en las sinagogas de Galilea.


Reina-Valera 1960 (RVR1960): © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Para obtener más información, visita americanbible.org, unitedbiblesocieties.org o vivelabiblia.com.

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